Ibrahim Langoo, un estudiante de 19 años, comía tranquilamente unas piezas de pollo frito cuando percibió que había algo extraño en su comida. ¿Qué paso? ¿Qué encontró? Estaba asqueado por el hecho de que tan fácilmente podría habérselo comido sin darse cuenta.
Aqui un video donde explica mejor la situacion
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